Tambien tuvimos momentos de tensión, la noche caía sobre nosotros azuzada por el cambio horario, y las reservas de comida (castañas en su mayoría) estaban casi agotadas. Los ataques de animales salvajes como perros y cuervos no mermaron nuestra determinación de llegar al objetivo. Incluso Amparo, en otro tiempo recelosa y quejica, tomó el mando en alguna ocasión para tirar como un general de un grupo ya muy compacto y unísono. Nos peleábamos casi por encontrar las señales que indicaban la senda correcta (o corredoira).
Y finalmente, conseguimos ese objetivo que perseguíamos, hacer una ruta completa, sin desvíos, sin ir al revés, y sin tomar atajos, como ya estábamos acostumbrados. Todo ello rubricado con una tapa de tortilla rellena y unos refrescos varios, como premio a la gesta en la que algún indeseable no se atrevió a participar.
No importa.
El grupo funcionó como un reloj, sin debates estériles ni distracciones absurdas. Quiero, por tanto, felicitarnos. Démonos un aplauso ahora mismo. Una pena no tener una afición que nos coree en hazañas como la de ayer.

5 respuestas inútiles:
Indeseable? Cuando llegue a casa ya te contestaré.
Si hay ganas de comer, me subire al manzano, para verlas venir en un carromato, que cosas por hacer, de ciego dando palos, que la vida es muy puta y yo me he vuelto muy malo. Y si quiero soledad, pues soledad pal saco, lo mismo me dará dar como ser dado que no pienso dejar na de na pa los gusanos la luna me maulla pa que yo menee el rabo!!
Pero bueno, me alegro de que lo pasarais muy bien, y Fran siento ser el único que escribe en tu blog, es trite pero no soy el único indeseable. Lo malo es que solo yo leo mis tonterias y tu... que triste esto del blog, que triste...
Je je, pensaste cuatro comentarios, que bien... y todos mios... je je je je je je
Cabronazo... sí que me engañaste
Publicar un comentario